Miles de investigaciones avalan el poder que tienen las emociones sobre el cuerpo humano seguramente estas frases te suenan “tengo un nudo en la garganta” o “siento un vacío en el estómago” o “estoy tan nerviosa que mi cabeza no piensa” “me está latiendo el corazón a mil por hora” estas son algunas de las cosas que podemos decir sin saber exactamente lo que estamos sintiendo pero que nuestro cuerpo está expresando. Esta vez quiero hablarte de algo más profundo incluso, de cómo las emociones que no gestionas adecuadamente, que callas, que ignoras, se manifiestan en tu cuerpo en forma de dolor y hasta incluso enfermedades.
También encontramos evidencias científicas entre los problemas emocionales que presentan las personas y su salud física. Si supiéramos cómo trabajar esos problemas emocionales y cómo resolverlos, mejoraría nuestra salud y, por tanto, nuestra vida.
Por eso en muchas ocasiones el dolor físico no se va porque nuestro dolor emocional esta aun latente y por más que tomemos pastillas o nos mediquemos no funcionan porque solo enmascaran los dolores pero lo principal que es la emoción sigue ahí, no curamos la herida en profundidad. Pero qué pasa cuando el medicamento ya no tiene efecto?
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Necesitamos encontrar el problema de raíz para encontrar qué problemas emocionales está causando tu dolor emocional y tus problemas físicos. Aprende a entrenar y gestionar de manera adecuada tus emociones, acabarás conociéndote profundamente y conectando con tu verdadera identidad y tu esencia.
Voy a desgranar algunos dolores generalizados que esconden en realidad un dolor emocional muy grande. Quizá te identifiques con alguno de los pensamientos que expongo e incluso sepas cómo afrontar ahora tus dolores si son dolores emocionales.
Dolores emocionales y sus consecuencias físicas
Dolor de espalda
Tienes muchas responsabilidades llevas cargos especiales en el trabajo, tienes personas que dependen de ti y eres el principal proveedor, pagas las mayor parte de los gastos, eres demasiado perfeccionista y no quieres delegar responsabilidades, en el trabajo llevas muchas tareas, eres un ejemplo de fortaleza, tesón y aplomo… pero a qué precio?
Consejo Delega responsabilidades, no quieras acaparar más de lo que eres capaz de llevar. Pregúntate qué es lo que de verdad quieres hacer y qué es lo que tienes que hacer; intenta reducir la lista de “tengo que” y comenzar a vivir tu tiempo con lo que de verdad te apasiona.
Dolor de cabeza
Tus pensamientos se agolpan en tu mente, necesitarías 27 horas al día para poder llevar a cabo todo lo que tienes que hacer. No expresas tus pensamientos no vaya a ser que se enfade la otra persona, acatas órdenes (aunque no las compartas) y reprimes tu opinión. Piensas que llorar es de débiles, que puedes con todo y con más y que las apariencias son muy importantes por eso te preocupas de mantenerlo todo bajo control y no dar un sólo paso en falso Pospones todas las decisiones importantes porque nunca es el mejor momento de tomarlas y sin embargo no paras de tropezar con la misma piedra. Piensas demasiado y a veces te enfadas de darle tantas vueltas a las cosas. Incluso puede ser que quieras conseguir un objetivo que para ti parece inalcanzable.
Consejo: No te esfuerces en ser quien no eres. Concede tiempo para ti y reflexiona todas las posibilidades. Asimilar nuevas situaciones requiere su tiempo. El cambio es necesario, forma parte de la vida. Necesitas ponerte en marcha y sacar esos pensamientos que se agolpan en tu mente. Pasa a la acción.
Dolor de estómago
Estás en una situación incómoda, en la que no te sientes seguro. No eres capaz de aceptar ni “digerir” ciertos acontecimientos de tu vida. Tiendes a ser terco con tus ideas y llevarlas a cabo. No te gusta que se improvise y que las cosas sucedan distintas a cómo te las habías pensado. No toleras comportamientos, hábitos o formas de ser distintas a la tuya y eres muy rígido en cuanto a “ceder” se refiere. No llevas nada bien los cambios y haces montañas de los granos de arena.
Consejo: Acéptate, acepta a los demás y admite que hay distintos puntos de vista sobre la realidad. No tienes la verdad absoluta. Ve mundo, viaja, relaciónate con más gente y amplía tu visión. Elimina de tu mente la división “o todo o nada”, no todo es blanco y negro, existen matices y ahí radica la belleza. Te invito a que dejes de querer controlarlo todo y empieces a ver qué responsabilidad tienes respecto de las situaciones que vives en tu vida. No cambies a los demás, cámbiate tú.
Dolor de cuello y cervicales
No encuentras tu sitio en este mundo. Te preocupa el futuro y dónde estarás dentro de un año o diez. Tu familia es tu mayor tesoro pero a la vez tu mayor preocupación. El miedo vive en ti y campa a sus anchas por tu cuerpo. Y además eres incapaz de expresar tus emociones como quisieras. Puedes incluso tener problemas para comunicarte o para hacer que te escuchen. Es muy común en las personas con dolor de cuello el no aceptarse a sí mismas (un ejemplo claro de dolor emocional). Te juzgas por el pasado y no te perdonas ciertas situaciones que ocurrieron o están ocurriendo.
Consejo: No te sientas culpable, perdónate y perdona a los que te han ofendido, sólo así podrás avanzar en la vida. Practica de manera consciente la respiración, nota cómo entra y sale el aire y su recorrido por tu sistema respiratorio. Si necesitas hablar de un tema importante, háblalo, no te lo calles, te darás cuenta que todo lo que se comparte pierde gravedad.
¿Te parece conocido? ¿Algo en tu interior ha vibrado?
¡Estas pueden ser las manifestaciones de un dolor emocional! Aprende a entrenarlas y gestionarlas y resolverás muchos problemas en tu cuerpo.
“Es mucho más importante conocer qué tipo de paciente tiene la enfermedad, que conocer el tipo de enfermedad que tiene el paciente”
las emociones mal gestionadas se convierten en enfermedades, muchas de ellas muy graves. Si escuchas a tus emociones, si perdonas, si amas, si agradeces… todas tus emociones desaparecerán.
El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
el dolor de garganta "tapona" cuando no es posible comunicar las aflicciones.
el estómago "arde" cuando las rabias no consiguen salir.
el cuerpo "engorda" cuando la insatisfacción aprieta.
el dolor de cabeza "deprime" cuando las dudas aumentan.
el corazón se "afloja" cuando el sentido de la vida parece terminar.
la "alergia" aparece cuando la perfeccione es intolerable.
las uñas se "quiebran" cuando las defensas están amenazadas.
el pecho "aprieta" cuando el orgullo esclaviza.
la presión "sube" cuando el miedo aprisiona.
las neurosis "paralizan" cuando el niño interior tiraniza.
la fiebre "calienta" cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
y tus dolores "callados". ¿cómo "hablan" en tu cuerpo?
elige trabajo de terapia que te pueda ayudar a "organizar las ideas", "armonizar las sensaciones" y recuperar la alegría.
Todos necesitamos de "un oyente interesado" alguien a quien podamos contar nuestros sentimientos profundos y para quien no sea primordial juzgar solo escuchar. Necesitamos
comenzar a darse cuenta que está expresando el cuerpo, que la boca se esta callando
es importante que parta de un esfuerzo personal para hacer que sucedan "mudanzas" cambios, acomodos en nuestra vida.